Tomamos la vía Panamericana a eso de las 8:15. La verdad es que la carretera hasta Popayán es bastante buena, varios sectores con doble calzada y en buenas condiciones. Pero la ruta entre Popayán y Pasto es otra cosa, rinde muy poco, la carretera es a un solo carril casi toda y hay que compartirla con camiones y tracto mulas (a su propia velocidad), si bien se logra adelantar, es un verdadero reto para el conductor disciplinado, ya que las esperadas líneas punteadas que autorizan adelantar son muy escasas, dadas las condiciones de la carretera y sus curvas frecuentes.
Hasta Pasto tardamos casi hasta las 4:30. Después de pasar tramos bastante malos, muchas obras en las vías hacen que quede con paso restringido, afortunadamente había prioridad para quienes íbamos en sentido Popayán - Pasto, pero supongo que a quienes iban en sentido contrario les fue bastante mal (ya les contaré a nuestro regreso ;), más o menos el día 10).
Cuando Pasto era un hecho, decidimos parar a almorzar en carretera (nada especial que contar). La lluvia nos acompañó el resto de camino hasta Ipiales, un frío impresionante y hoteles repletos fue nuestra comitiva de bienvenida. Les recomiendo que a Ipiales lleguen con hotel reservado (afortunadamente nosotros comenzamos a llamar cuando estábamos cerca y conseguimos habitación en el hotel Rumichaca - $80.000 sin desayuno) porque debido a la afluencia de ecuatorianos en búsqueda de dólares, todos están llenos. Lo mismo ocurre con los parqueaderos, finalmente conseguimos donde dejar el carro, pero debido a la hora fue complicado.
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